Wednesday, January 14, 2015

Como el Sol con las olas de falda


Necesito una balanza que me ayude con este desequilibrio emocional. Estoy más perdida que un colibrí en otoño, que una semilla sin tierra y que el sol con las olas de falda; y más incómoda que unos pies mojados con piedras en el zapato. 

Pero no tan fría como las madrugadas en el Pico Duarte, ni tan caliente como un día soleado en México, sin brisa.

Aún atenta, en espera de algo que me dé la seguridad que dan los brazos de una madre y la honestidad de un niño de tres años. Nada más.



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