Tuesday, October 14, 2014

De pocas ganas


Pocas ganas me quedan de sorprender, de coquetear, de volver a compartir mis gustos y mis días, de morder las palabras que mi colérico temperamento deja escapar sin pensar.

¡Cuánta gandulería y pereza!

Controlar lo que pueda pensar el otro a través de mis acciones me resulta tan incómodo como la picada de un mosquito en la planta del pie, y mostrar cordialidad o interés me empalaga tanto como leer la palabra caramelo. Pero estas ganas son como el apetito, o comes lo que anhelas o mueres de hambre hasta que alguien te da a probar algo mejor. Y esto último, es lo único seguro. 

T.A