Aunque
no todos nacemos para ser esposas, madres, profesionales, sacerdotes, religiosos…
la familia siempre espera que desempeñemos estos roles que acabo de mencionar;
como si fuéramos plantas: que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Hay que
armarse de valentía y admitir los miedos. Miedo a la incertidumbre, a no tomar
las decisiones más acertadas porque nuestro futuro es el resultado de cada una
de ellas. De qué tal si no era aquí que deseaba llegar, o tal vez sí, pero ya
no lo quiero. Miedo a defraudar personas que esperan tanto de ti…la presión social!…
leyes y prototipo de vidas a las que el mundo se acata!
Últimamente
he escuchado muchas hits en la radio que hablan de olvidarnos del futuro y
vivir al máximo el presente. Aja, donde esta regla no aplica es que
personalmente, cada uno de nosotros nos auto demandamos metas y resultados que
solo pueden lograrse planificando y tomando las mejores decisiones ante
cualquier situación.
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T.A.